Éste es el primer paso en el Tao y el más importante. La Sonrisa Suavizante es la clave de la apertura de la comunicación con nosotros mismos a través de los sentidos.
Sin la capacidad de sentir no se desarrollan las prácticas daoístas, tan sólo ideas y conceptos mentales.
El hecho de sentir permite poner la atención en el momento presente, que es el lugar en el que la energía se encuentra siempre disponible.
La Sonrisa Suavizante nos conecta directamente con la Fuerza Vital.